viernes, 29 de marzo de 2013

CON DOS TACONES Y UNA BARRA DE LABIOS

   Si hay algo que tengo claro en la vida, es que jamás puedes poner todas tus ilusiones en una persona porque tarde o temprano te acaba fallando. Antes hubiera llorado por las esquinas como alma en pena. Ahora el tiempo me ha curtido, ha sabido sacar el orgullo de raza que llevo dentro para verlo todo de forma distinta: soy serrana y tengo coraje.

   Unos van, otros vienen... Hay quien te deja huella, hay quien pasa por tu camino para enseñarte algo... Coge lo bueno, desecha lo malo, levanta la cabeza, aprieta los dientes y continúa lanzando los dados en este juego al que llamamos vida.

   Ahora me toca a mí calzarme los tacones para que me escuchen llegar desde lejos... y pienso hacer mucho ruido.


jueves, 7 de marzo de 2013

Mi POEMA...

   Ayer me acerqué al estante de mi biblioteca y recuperé un libro que ya tenía olvidado, el de mi poeta favorito: Gustavo Adolfo Bécquer. Siempre me he sentido muy en sintonía con él a pesar de vivir en siglos distintos, ya que creo que su corazón latía con la misma intensidad que lo hacía el mío.

   Entre las hojas de ese libro, encontré un poema que me gustaría compartir con vosotros. Si lo leéis con atención quizá podáis aprender que cuando queréis de verdad a alguien no hay que darlo todo por perdido a la primera de cambio, hay que luchar por ese amor, porque si no lo hacéis puede que estéis dejando escapar a la única persona que os complemente en el mundo y que os ame como dos almas deben amarse la una a la otra.

   Aquí os lo dejo. Espero que lo disfrutéis.


Asomaba a sus ojos una lágrima 
y a mi labio una frase de perdón; 
habló el orgullo y se enjugó su llanto, 
y la frase en mis labios expiró. 

Yo voy por un camino; ella, por otro; 
pero, al pensar en nuestro mutuo amor, 
yo digo aún: —¿Por qué callé aquel día? 
Y ella dirá: —¿Por qué no lloré yo?